La vacuna contra la influenza es una forma segura de evitar una grave enfermedad

 
ATLANTA, 24 de febrero de 2011 /PRNewswire-HISPANIC PR WIRE/ — La influenza puede ocasionar secreción nasal, tos, dolores musculares, dolor de garganta, fiebre y escalofríos a millones de personas y obligarlas a pasar días en cama, en vez de ir al trabajo o a la escuela. Se calcula que cada año más de 200.000 personas acuden al hospital debido a complicaciones por la influenza.

Esta enfermedad puede ser mortal. CDC calcula que entre 1976 y el 2007 la cantidad anual de muertes relacionadas con la influenza en Estados Unidos ha variado desde un mínimo de 3.000 hasta un máximo de 49.000.

 

Existe una alternativa a la influenza: la vacuna es una forma segura de protegerse contra esta enfermedad y sus complicaciones.

 

CDC recomienda que toda persona mayor de seis meses se vacune contra la influenza para estar protegido cuando llegue la temporada. Obtenga la vacuna con su médico o farmacéutico, en clínicas locales y establecimientos comerciales con dispensarios.

 

Cada año, se actualizan las vacunas en base a un control mundial para escoger tres virus que investigaciones señalan serán los que causen enfermedad generalizada.

 

Este año, la vacuna protegerá contra un virus H3N2, un virus de influenza tipo B y el virus H1N1 del 2009, que ocasionó muchas complicaciones la temporada pasada. Las vacunas este año se han fabricando con los métodos de producción y seguridad que han sido estándar por décadas.

 

La temporada de influenza pasada se fabricó una vacuna para proteger contra el virus H1N1 del 2009. Esta se fabricó utilizando las mismas normas de seguridad y producción que las vacunas contra la influenza regular y más de 80 millones de personas en los Estados Unidos se vacunaron de forma segura contra la influenza H1N1 del 2009.

 

La Doctora Anne Schuchat, Directora General Adjunta de los Servicios de Salud Pública de los Estados Unidos y del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de CDC, explicó: "todos los años, se siguen rigurosos procesos de seguridad para las vacunas contra la influenza y se siguió el mismo proceso para la vacuna contra la H1N1 del 2009. Antes de aprobar las vacunas, se someten a pruebas metódicas y se comprueba la pureza y la potencia de cada lote. Las vacunas contra la influenza se han administrado durante más de 50 años y han demostrado consistentemente un historial seguro".

 

Los efectos secundarios comunes de la vacuna son irritación o sensibilidad en el lugar de la inyección, fiebre y dolores. Algunas personas que se han administrado la vacuna con el atomizador (spray) nasal — experimentaron secreción nasal, tos o congestión nasal. Ni la vacuna inyectable ni el atomizador nasal pueden transmitirle la influenza.

 

CDC trabaja con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), proveedores de salud, departamentos estatales y locales de salud y otros para que se apliquen las normas más altas de seguridad a todas las vacunas contra la influenza. CDC y la FDA comparten la responsabilidad de monitorear la seguridad de las vacunas y garantizar sistemas para detectar cualquier problema de salud después de la vacunación.

 

Schuchat añadió: "las vacunas son medicinas y tomar medicina puede suponer riesgo. Con la vacuna contra la gripe, el riesgo es pequeño. Si se enferma de influenza, los riesgos son mucho más grandes".

 

Para más información en EE.UU. sobre los peligros de la influenza, los beneficios y seguridad de la vacuna hable con su médico/enfermera, visite http://www.cdc.gov o llame a CDC al 1 800 CDC INFO (800 232 4636).

 

FUENTE  CDC

 

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