La cardiología preventiva es materia pendiente en la salud del venezolano. Son muchas las características de nuestra vida diaria que incrementan los riesgos de sufrir de alguna patología vinculada al corazón, lo mismo que su detección oportuna y la indicación del tratamiento adecuado.
Se trata de un tema que compete a médicos, autoridades, medios de comunicación y responsables de la educación formal y familiar, pues sólo con formación continua e información eficaz a través de los canales pertinentes, se puede prevenir el riesgo latente de padecer una de estas enfermedades.
Sobre este tema reflexionó el Dr. Juan José Amaro, médico internista y cardiólogo, perteneciente a la Unidad de Cardiología del Hospital Domingo Luciani, quien en una charla patrocinada por el laboratorio Sanofi, durante el X Simposio de Cardiología Preventiva, conversó sobre el tema.
Lo más importante, señaló el Dr. Amaro, es qué debemos hacer para mejorar nuestra salud, pues afirma que los pacientes llegan a consulta cuando ya tienen en curso alguna afección. “El impacto del trato individual es menor, por ese motivo, todos debemos contribuir con la educación responsable y consciente de comunidades y grupos familiares”, afirmó.
Es fundamental, afirma, que el especialista se convierta en un “detective del paciente” y que este último se sienta en confianza con su médico tratante, quien evaluará aspectos como: género, enfermedades previas, entorno, estilo de vida, etc.; es decir, la historia clínica completa y detallada. Ella permitirá definir cuál es el fármaco, en caso de ser requerido, que mejor se adapta a cada individuo. La decisión de los especialistas debe estar respaldada por estudios clínicos que avalen la efectividad de los fármacos a recomendar.
Sin embargo, existen aspectos no farmacológicos que deben ser considerados incluso sin padecer afecciones cardíacas: actividad física frecuente, alimentación balanceada y baja en grasas, es decir, una vida saludable. El Dr. Amaro afirma que allí radica el secreto de la prevención cardiovascular.
Por ese motivo, debe estar en alerta permanente para el cuidado y atención de su salud. Si es mayor de 35-40 años, o fuma; es diabético u obeso; en su familia existen antecedentes de enfermedades isquémicas, tiene triglicéridos/colesterol altos, o lleva una vida sedentaria y bajo mucho estrés, es tiempo de hacer un chequeo médico y realizar los cambios en hábitos que le permitan ser más saludable, en su propio beneficio y el de su grupo familiar.
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