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Con la postura rebelde de unos jóvenes que no se detienen ante nada para transmitir su mensaje, y que incluso llegaron a desnudarse
totalmente sobre el escenario del Celarg para protestar contra la censura, Los Gusanos presentan trece canciones con la violencia como transfondo. ``Las formas en que se manifiesta la violencia en nuestra
realidad, donde ésta se ha convertido en un elemento común, hace que el sentimiento primario de la gente sea la furia. En Venezuela vivimos días de furia".De un modo lúcido e inteligente Los Gusanos hacen
de la crítica un arma efectiva, sin caer en el panfleto, para enseñarnos el lado oscuro que nos negamos a ver. En el disco se interpertan temas polémicos como la xenofobia económica, una modalidad de
discriminación que aplican los países ricos a los ``indeseados" inmigrantes pobres; así como también, el racismo, la sexualidad en una sociedad superficialmente abierta, pero en el fondo profundamente pacata
y la falta de liderazgo social, tópicos de mayor interés entre los jóvenes que muchas de las insulsas piezas de baile o amor. La crudeza de Los Gusanos rompe con la imágen frícola del rock. Sus letras son
contundenetes y golpean como un martillo en la conciencia de quienes las escuchan. Es quizá ésta su mayor virtud musical, pero a la vez un punto de fricción social. A los Gusanos hay que callarlos. Pero es
muy difícil. Su propuesta abarca asaltar otros medios como el cine, el cyberespacio e incluso la política. ``Todo arte directa o indirectamente influye en las concepciones culturales. Eso es hacer
política", señala Torombolo, el cantante del grupo. ``El que quiera sólo rock se peló con nosotros, nuestra música es popular-alternativa", agrega Víctor el guitarrista. Para comprender el mensaje de Los
Gusanos hay que sentarse a escuchar ``Dias de Furia". |