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En
Las González, nos encontramos con un personaje
muy estricto en el trabajo y muy flexible fuera de él;
lo que invita a pensar, que tendremos la oportunidad de recrearnos
con una interpretación, que nos muestra las dos caras
de la moneda en el ser humano. Esta responsabilidad recae sobre
el veterano actor Carlos Mata, quién a través
de Cristóbal Rojas nos demostrará
que el amor siempre aflora lo mejor de nosotros mismos.
Por
otra parte, este primer actor tiene la oportunidad, por primera
vez, de compartir roles con la talentosa Alba Roversi; algo
que ambos habían esperado desde hacía tiempo.
Esta unión, a pesar de ser sorpresiva, ha dado como
resultado que las escenas fluyan con una magia, que Carlos
Mata considera que va a traspasar la pantalla.
¿Qué
es lo que más te gusta de tu personaje?
Con
lo que más me identifico es con el buen humor y lo
buena nota - como se dice en el argot popular- que es el tipo
fuera del trabajo; así mismo, con lo que menos me identifico
y sin embargo, lo envidio muchísimo, es lo increíblemente
organizado y eficiente que es Cristóbal
en su trabajo como ejecutivo. Eso es algo, que yo siempre
he admirado en algunas personas, porque reconozco que yo soy
un poco destartalado; y, trabajar esa parte como pulcra, organizada
del personaje, claro, sin caer en el estereotipo del hombre
acartonado, me llama mucho la atención.
Vienes
de realizar un personaje ejecutivo, dueño de una agencia
de publicidad, que caló mucho en el público,
¿cómo va hacer Carlos Mata para borrar a Atanasio
de la mente del televidente?
Es
que yo no busco borrar a Atanasio de la mente
del público, lo que quiero es presentarles a Cristóbal
Rojas, que es un personaje mucho más serio, impecable,
recto y demasiado ordenado en el trabajo. Este es un tipo
que tiene como una doble personalidad, no es que esté
loco, sino que sencillamente, se presenta como una persona
muy estricta, recta e implacable en la oficina y cuando sale
de ella, trata de olvidar los problemas del trabajo y nos
muestra una persona más relajada, más tranquila,
y mucho menos exigente.
¿Cómo
te sientes trabajando por primera vez con Alba Roversi? ya
que ustedes, aunque por separado, fueron dueños
de una época.
Tengo
que reconocer que fue una bellísima sorpresa para ambos,
ya que en todo este tiempo nunca habíamos tenido la
oportunidad de trabajar juntos, aunque a los dos nos gustaba
la idea, ya habíamos desistido de ésta, por
eso digo que fue una sorpresa muy hermosa. Pero lo mejor de
trabajar con ella es que, como ya nos conocemos y somos militantes
del mismo tipo de actuación, de la misma ideología,
las escenas han fluido de una manera tan espectacular, tan
natural , que estoy seguro que esa magia que envuelve cada
escena va a traspasar pantalla, la gente lo va a sentir. Y
es que a pesar de nunca haber trabajado juntos, ha sido todo
tan fácil, tan espontáneo, es como si hubiésemos
hecho 26 novelas juntos.
¿Qué
te gustaría hacer profesionalmente que no hayas hecho?
Son
muchas las cosas que todavía no he tenido la oportunidad
de hacer, pero creo que una de las que más me apasiona
es la idea de dirigir una obra de teatro; sin embargo, confieso
que la culpa de que esto no haya sido ya una realidad, es
absolutamente mía.
¿Cómo
se siente Carlos Mata, sabiéndose ídolo de una
generación que todavía se identifica con él?
Me
siento esencialmente agradecido, es el primer sentimiento
que me viene a la mente, porque sentir que la gente te quiere,
te respeta, se identifica con tu labor, es algo tan sutil,
tan hermoso, que no encuentro palabras para describirlo. Pero
definitivamente, es por lo que he trabajado toda mi vida en
esta carrera.
¿Cómo
se encuentra Carlos Mata sentimentalmente?
Ahora
me siento tranquilo, ocupando todo mi tiempo con mucho trabajo.
He atravesado una etapa que no ha sido nada fácil,
pero que ya voy superando y cada día me siento mejor.
En este momento, podría decir que la razón principal
de haber aceptado esta nueva producción dramática
es porque necesitaba a mi gente, a mi pueblo, ver el Ávila,
no sé, creo que no hay nada que me pueda ayudar más
a sentirme mejor que mi país y la gente bella que vive
en él, que logra que me sienta querido, respetado,
y en fin, que todo mi trabajo ha valido la pena.
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