Por Cristal Muñoz
En la última década se ha descubierto que muchas enfermedades no son por herencia genética, sino porque heredamos los “malos hábitos” de nuestros padres.
Es decir: si mamá usaba la manteca para cocinar, sus hijas también cocinarán con manteca. Y sorpresa sorpresa, mamá e hijas tienen colesterol.
En realidad, este descubrimiento es una muy buena noticia, ya que quiere decir que el poder de estar saludable está en nuestras manos si tan solo cambiamos nuestros hábitos.
En primer lugar, si realmente quieres cambiar tus hábitos tienes que saber porqué hacerlo y cuales serán las consecuencias si sigues con tus malos hábitos.
Para que te hagas una idea, el setenta por ciento de la población en Estados Unidos tiene sobrepeso (es decir, entre cinco y cuarenta libras de sobra) y tres de cada diez personas con sobrepeso están obesos (más de cuarenta libras de sobra) lo cual se considera una enfermedad.
Si eres una persona practica como yo me considero ser, tal vez pienses “¡Y qué si tengo unas libritas de más, a mi no me preocupan!”
He aquí el problema:
Lo que estas comiendo que te ha hecho subir de peso, te está reemplazando lo que SI deberías estar comiendo y esto te llevará a tener problemas de salud.
Posiblemente te encuentres entre los miles que ya no beben agua por tomar sodas. Si es así, encima de darle a tu cuerpo doce cucharadas de azúcar en cada vaso de refresco, le has quitado uno de los elementos más importantes para purificar los órganos y distribuir los nutrientes.
¿Recuerdas a tus abuelitos? Lo más probable es que ellos nunca llegaron a necesitar de pampers. Sin embargo se estima que en este país, el sesenta por ciento de los ancianos mayores de setenta años usan pañales. ¿Por qué? Por años de abusar la vejiga y los riñones no bebiendo suficiente agua y encima metiéndole azúcar todos los días.
¿Qué le pasaría a tu carro si en el radiador le metieras soda en lugar de agua?
Es importante comprender que la mayoría los problemas menores de salud como migrañas, colesterol, fatiga, sobrepeso, etc… se ocasionan por excesos y por deficiencias en nuestra alimentación.
Así que la próxima vez que quieras bajar esas libritas demás o reducir el colesterol, recuerda: No es solo los excesos, sino también las deficiencias las que te han causado el problema de salud.
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