Grandes, pequeñas, de labios finos o gruesos, hablan de las personas y revelan rasgos de su personalidad. La boca es un arma de seducción fundamental. Las grietas y la resequedad acaban con toda la sensualidad que inspiran.
“Al no tener melanina, carecer de glándulas sudoríparas y sólo contar con las mínimas sebáceas, la piel de los labios está incapacitada para formar lo que médicamente se denomina ‘manto hidrolipídico’, emulsión fisiológica natural responsable de mantener el adecuado grado de hidratación”, explica la especialista Claudia Díaz Guillén.
Las barras protectoras labiales previenen la pérdida de la humedad; protegen de la resequedad ocasionada por el sol; alivian las molestias de irritación; realzan el color natural y proporcionan una atractiva luminosidad a la sonrisa.
Hay que preferir las que tienen el añadido de vitamina E y sustancias humectantes como la manteca de karité o el cacao, que eliminan los radicales libres de la piel, principales responsables del envejecimiento, resalta la doctora Díaz Guillén.
Otra área fundamental y frecuentemente olvidada es la comisura de los labios. “Los labios son muy sensibles a las influencias externas y pueden reaccionar a una humedad inusual o un ambiente muy frío o caliente provocando fisuras y asperezas. La humedad permanente, condicionada por la costumbre de pasarse frecuentemente la lengua por los labios o por mordérselos, puede dar lugar a grietas en la piel de la comisura de los labios”.
Las barras de labios actúan eficazmente creando una capa protectora, los resultados visibles en suavidad y tersura, son inmediatos.
Los protectores de última generación producen una sensación placentera al fluir sin esfuerzos sobre los labios, gracias a una refinada consistencia no grasa. Sus combinaciones de sabor a fruta y aporte de color, hacen que los labios sean aún más deseables.
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